viernes, 28 de mayo de 2010

GOOD BYE DOLLY, HELLO SYNTHIA


Aproximadamente hace 10 años atrás una noticia científica conmovió al mundo: la aparición de Dolly, la primera oveja clonada. En estos días, una noticia equivalente es objeto de análisis y discusión: la creación de la primera célula sintética, denominada Synthia.

El emisor de la noticia es el Dr. Craig Venter, veterano de Vietnam y famoso genetista que comandó el grupo de científicos en el Proyecto Genoma Humano, un proyecto comercial privado que compitió con universidades e institutos de investigación para obtener la secuencia del genoma humano. En el camino obtuvo la primera secuencia de un organismo vivo: la bacteria Haemophilus influenzae.

Los científicos del J. Craig Venter Institute en Rockville, Estados Unidos, afirman haber usado “solamente” una computadora, algunos microbios comunes, un sintetizador de ADN, cuatro botellas con sustancias químicas e instrumental básico de laboratorio para crear “vida artificial”. En realidad, la tarea costó más 40 millones de dólares y demoró más de una década. El resultado: el primer microbio que prolifera y se replica con un genoma sintético como guía.

Una explicación abreviada y simplificada del proceso podría ser la siguiente: se comienza con una reconstrucción por computadora de una bacteria común, Micoplasma mycoides. Esa información se alimenta a un sintetizador de ADN, el cual produce pequeñas “hebras” del ADN del microorganismo. Se van uniendo esas hebras pasándolas por levaduras y bacterias, donde los fragmentos se van juntando mediante los mecanismos naturales de la bacteria. El proceso continúa hasta que se juntan un millón de letras del genoma de la bacteria. A continuación viene la etapa de marcar al genoma: se empalman nuevas hebras de ADN, que hacen las veces de “marcas de agua” biológicas porque no le agregan nada al organismo final, excepto mensajes en código. Uno de esos mensajes es una línea del escritor James Joyce: “Vivir, errar, caer, triunfar, recrear vida a partir de la vida”.

Ahora viene la etapa fundamental: se toma el genoma sintético y se lo transfiere a otra bacteria. Cuando ésta última comienza a multiplicarse, alguno de sus “herederos” olvidan su ADN original y comienzan a usar el sintético. Según Venter, los reemplazos de ADN se traducen en que el organismo comienza a producir un conjunto totalmente diferente de proteínas, de modo tal que desaparecen las características de la especie original y permanecen la nuevas. También según Venter: “Tomamos el material de la vida, los pares de bases del ADN, y sólo ponemos estas piezas en un nuevo orden. Construimos sobre la base de más de tres mil millones de años de evolución“.

Venter no es sólo un brillante científico, sino también es un formidable hombre de negocios: acaba de firmar un contrato con una de las compañías más poderosas del mundo, Exxon Mobil, para crear algas que puedan tomar el dióxido de carbono de la atmósfera y transformarlo en combustibles (ver el post “El combustible perfecto” publicado el 22 de abril de 2010). Si funciona es el negocio del siglo.

El anuncio de Venter ya produjo un montón de controversias:

* Algunos opinan que no hay nada artificial ya que lo único diferente son esas marcas de agua; el resto sigue siendo un microbio “común y corriente” que causa mastitis en las cabras.


* Otros informan que crear vida artificial es menos complicado y trascendente que numerosas investigaciones más sofisticadas e importantes que se están llevando a cabo.


* El grupo ETC (Ética, Tecnología y Concentración) se opone a los intentos de Venter respecto a patentar sus descubrimientos. Exigen que haya previamente un profundo debate sobre las implicancias éticas de la vida artificial y un análisis muy intenso sobre los posibles riesgos que conlleva una tecnología que puede ser desastrosa en las manos equivocadas. Plantean que se establezcan organismos de control independientes y se evalúen diversas estrategias de control ante un accidente en el laboratorio que disperse a los nuevos organismos.

Hay un montón de películas que tratan sobre un mundo destruido por algún organismo que se escapa de un laboratorio científico. Por ahora sólo es ficción de algún guionista de Hollywood. La cuestión esencial es que este tipo de investigaciones científicas son indetenibles. Si no es un lugar, lo será en otro. Si tal no pone el dinero, siempre habrá otro que quiera invertir.

Cualquier nueva tecnología o cualquier nuevo desarrollo biológico tienen siempre la posibilidad de tener efectos imprevisibles y seriamente perjudiciales. Un nuevo microbio puede ser la solución para la contaminación ambiental y los gases de efecto invernadero o puede ser una nueva enfermedad que mate a mucha gente.

La humanidad ha comprendido que el progreso científico es inevitable. Si queremos que los resultados del mismo no caigan en las manos equivocadas, construyamos sociedades totalmente democráticas, donde los controles institucionales impidan que algún “iluminado” pueda usar esos resultados contra otros seres humanos.

No esperemos que los científicos se autolimiten; exijamos más y mejor democracia y dormiremos tranquilos.

martes, 25 de mayo de 2010

SUCIEDAD QUE CURA


Cuando mis hijos eran pequeños, mi esposa y yo los llevábamos continuamente a parques y plazas. De alguna manera, intentábamos que tuvieran algo parecido a lo que fue nuestra infancia en las pequeñas ciudades donde nos criamos. No era fácil porque ahora vivíamos en el centro de una ciudad de 750.000 habitantes.

Por supuesto que volvían sucios y embarrados y directo a la ducha. Recuerdo que ya por esos días, otros padres se resistían a llevar a sus hijos, motivados según ellos por una cuestión de higiene.

Bien, la ciencia nos ha dado la razón: un estudio realizado por científicos de la School of Medicine de la Universidad de California, ha mostrado que ser excesivamente limpio puede reducir la capacidad de la piel para resistir ciertos ataques sobre la misma. Encontraron que cierto tipo de bacteria que vive sobre nuestra piel desencadena reacciones que evita las inflamaciones cuando nos herimos.

Especies bacterianas comunes tales como los estafilococos causan inflamaciones cuando están bajo la piel, pero tienen un efecto totalmente opuesto cuando están sobre la piel; en esas circunstancias reducen las inflamaciones. Los investigadores hallaron que esas bacterias generan una molécula denominada ácido lipoteicoico que actúa sobre las células de la capa exterior de la piel, evitando así las inflamaciones de la misma.

Lo anterior viene a confirmar ciertas hipótesis higienistas que se discutieron en la década de 1980 respecto a exponer a los chicos a “bichos” para desarrollar tempranamente su sistema inmune y evitar así numerosas alergias. La discusión surgió porque estaba apareciendo una generación de chicos viviendo en las ciudades de países desarrollados y cuyos padres los mantenían permanentemente limpios e higienizados con la ayuda de sprays y lociones. Esa misma generación de chicos comenzaba a mostrar tasas de alergias (fiebre del heno, eczemas) muy superiores a la de la generación anterior.

Estos nuevos resultados deberían tranquilizar a aquellos padres que quieren que sus hijos estén siempre sanos pero no “enchufados” todo el día a la computadora o al televisor. Así que a desconectar los aparatos, preparar las palitas y el balde y a ensuciarse en la plaza. Es sano, es gratis y sus hijos se lo agradecerán (al menos hasta que sean adolescentes).

viernes, 21 de mayo de 2010

Y AHORA, ¿QUIÉN PODRÁ DEFENDERNOS?




Cualquiera que vaya regularmente a almacenes, supermercados u otros lugares donde se venden alimentos envasados, habrá notado que muchos de ellos mostraban como argumento de venta la presencia de ácidos grasos omega-3. Esta sustancia parecía ser la solución natural para potenciar la actividad cerebral, reducir significativamente los riesgos de infartos o de accidentes cerebro-vasculares, inhibir la formación de cánceres, evitar el mal de Alzheimer e inclusive combatir la depresión y otras enfermedades mentales.

Los ácidos grasos omega-3 pertenecen a los denominados ácidos grasos esenciales que no pueden ser sintetizados por el organismo humano a partir de otras sustancias, y por lo tanto debemos obtenerlo a partir de nuestra dieta alimenticia. Las fuentes más abundantes en ácidos grasos omega-3 son los peces de agua fría, en particular el salmón al que se considera como el menos contaminado. También son abundantes en los pescados azules (anchoas, sardinas, etc.) y en las semillas de varios vegetales: lino, chía, cáñamo y en las nueces. También está presente en los brócoli, almendras, algas y en varios vegetales de hojas verdes.

Tres integrantes de la familia de ácidos grasos omega-3 son importantes para mejorar la calidad de vida de los seres humanos. El ácido alfa-linoleico de cadena corta (ALA) es el precursor de otros dos ácidos de cadena larga: el ácido eicosapentaenoico (EPA) y el ácido docosahexaenoico (DHA). Éste último está implicado en la maduración y en el crecimiento cerebral y retiniano de los niños. Por su parte el EPA tiene importantes efectos anti-inflamatorios. Los humanos convertimos entre el 5 al 10% de ALA en EPA y menos del 4% de ALA en DHA. Tanto el EPA como el DHA pueden obtenerse directamente en la ingesta, principalmente de animales marinos.

Si bien se conocen sus propiedades desde la década del 20 del siglo pasado, pasaron a ser famosos cuando algunos investigadores encontraron que los esquimales (y en menor medida los japoneses) tenían una tasa muy baja de infartos y arritmias y otras enfermedades cerebro-vasculares. Ambas poblaciones tienen una dieta muy elevada en animales marinos. Durante la década del 80 florecieron los papers científicos dedicados a demostrar las virtudes de los ácidos grasos omega-3. Era lógico que la industria alimenticia los incorporara en todos los alimentos posibles e inclusive hay numerosos suplementos nutricionales que también los contienen.

Pero como la vida real se empeña en evitar las soluciones sencillas, el sueño de una píldora que cure casi todo se está desvaneciendo.

La prestigiosa revista New Scientist acaba de publicar un informe donde, si bien reconoce las propiedades preventivas y curativas de los ácidos grasos omega-3 y el rol crucial que juegan durante el desarrollo del feto y en los primeros años de edad, ponen en tela de duda las afirmaciones respecto a otros males.

A continuación se detallan algunas de las afirmaciones preestablecidas y el pensamiento actual en las enfermedades más importantes:

· Mal de Alzheimer: se afirmaba que el DHA postergaba la aparición del mal. Los últimos estudios que los suplementos no producen efecto alguno en las funciones cognitivas o en el tratamiento de la demencia.
· Actividad cerebral: se afirmaba que mejoraba la capacidad de lectura, deletreo y también la conducta. No se encontraron evidencias que justifiquen lo anterior, inclusive en la edad juvenil o superior.
· Cáncer: se afirmaba que el DHA reducía el tamaño de los tumores en las ratas. Los últimos estudios no pudieron relacionar el consumo de ácidos grasos con efectos anticancerígenos. Si bien el consumo de pescados contribuyó a reducir cánceres de tiroides, no se conoce el mecanismo y es probable que se deba al contenido de yoduros de los animales marinos.
· Depresión: se afirmaba que países con alto consumo de omega-3 en sus dietas mostraban menores índices de suicidios y de casos de depresión severa (Alemania: 10 kg de pescado por persona por año y 5% de deprimidos; Japón: 65 kg de pescado por persona por año y menos del 1% de deprimidos). Los últimos estudios no encontraron evidencias que relaciones los ácidos grasos con el nivel de depresión, suicidio, trastorno bipolar o esquizofrenia.

Lo anterior no significa que desde mañana cambie su dieta o que tire a la basura los suplementos que contienen omega-3. La World Health Organization (WHO) insiste que se ingieran entre 0.25 y 2 gramos de DHA por día para reducir la posibilidad de un ataque cardíaco. Más aún, las mujeres embarazadas deben aumentar su nivel diario de 0.25 a 0.30 g por día (en promedio a lo largo del embarazo), de los cuales al menos 0.2 gramos deben corresponder a DHA.

El informe confirma la necesidad de mantener dietas ricas en ácidos grasos omega-3, pero sugiere no dejar de lado otras alternativas saludables (evitar el sobrepeso, hacer ejercicios físicos en forma continuada, reducir el estrés, el alcohol y el tabaco, etc.) pensando que una píldora diaria le va a permitir obviar todas esas alternativas, mucho más difíciles de cumplir.

Como escribí arriba, la vida real se empeña en evitar las soluciones sencillas.

martes, 18 de mayo de 2010

¿MARADONA O MESSI?


Se viene el mundial de fútbol. Para mi es un placer culposo: cada cuatro años me intoxico con dos partidos día tras día, de forma tal que cuando llegan las semifinales y hay que estar dos a tres días sin poder ver la pelota en movimiento, sufro la misma sensación de abstinencia que deben tener los alcohólicos u otros adictos. Cuando el equipo campeón levanta la copa, se que tengo una semana dura por delante.

Junto al Mundial viene otra polémica habitual: ¿se justifican los enormes sueldos que cobran los principales jugadores de fútbol?. Los últimos descubrimientos realizados por algunos neurocientíficos parecen darle la razón a quienes están de acuerdo con los ingresos extraordinarios de los atletas de elite.

Nadie duda que los grandes jugadores de fútbol, basket, béisbol, tenis, críquet y otros similares tienen no sólo que tomar decisiones conscientes, sino también muy rápidas decisiones inconscientes: el deporte es una estrategia dinámica con una combinación muy variable de desafíos intrincados.

Aún un deporte aparentemente “tranquilo” como el tiro con pistola exhibe grandes complejidades: en cada disparo, el tirador debe rápidamente controlar la ubicación del codo y la contracción de los músculos de la espalda. Lo anterior es fácil decirlo pero aún no tenemos implantado un chip (aunque vamos en camino de tenerlo) que nos calcule la correcta ubicación y contracción. El tirador permanentemente va recalculando otros parámetros a partir de los resultados que obtiene en los disparos anteriores. Parece evidente que también para ser un buen tirador, hay que tener un cerebro “capacitado” para la tarea.

Los avances en la técnica de Resonancia Magnética por Imágenes (RMI) le permiten a los científicos comparar la actividad cerebral de atletas y deportistas con respecto a la de los “simples mortales”. Entre los hallazgos, aparece que son varias las regiones del cerebro que interactúan para realizar los cálculos que necesitan las distintas partes motoras del cuerpo: si estoy por realizar un saque de tenis, mi cerebro empieza a enviar órdenes a distintas partes del cuerpo; en paralelo, empieza a hacer predicciones respecto a que sensaciones debe recibir del cuerpo para confirmar que la orden emitida es la correcta. Si las sensaciones recibidas no coinciden con las predicciones, rápidamente se introducen modificaciones para reducir o evitar el error. Es exactamente la misma lógica incluida en los sistemas automáticos de control.

La gran diferencia entre los deportistas de elite y los amateurs está en el cerebro altamente desarrollado de los primeros para cumplir eficazmente y en el tiempo apropiado con las difíciles tareas involucradas en los deportes de alta competencia.

Una de las variantes que muestra la eficiencia de tales cerebros es que se requieren menos neuronas para realizar bien una determinada tarea. Otros estudios mostraron como iba cambiando el cerebro de determinadas personas desde el momento en que comenzaban a practicar un deporte hasta que lograban un gran dominio del mismo: varias áreas del cerebro mostraron, después de varios años de entrenamiento, mayores cantidades de materia gris comparado con quienes no practicaban deporte alguno. También se encontró como la práctica reforzaba ciertas conexiones entre neuronas mientras debilitaba las conexiones en otros sectores. Aparentemente estas conexiones fuertes le permitirían a los atletas tomar mejores decisiones en menor tiempo, condición fundamental para sobrevivir en el deporte de alto rendimiento.

Un resultado más inquietante apareció en otro experimento: dos grupos de voluntarios se dedicaron a practicar una especie de juego en la computadora que requería habilidad motriz y reflejos rápidos. Los integrantes de uno de los grupos tenían sobre su cabeza una pequeña batería, mediante la cual se mandaban impulsos eléctricos a un grupo de neuronas ubicadas en el cortex motor primario. Con tan sólo cinco días de práctica, el grupo que recibía la estimulación eléctrica superaba ampliamente en el desarrollo del juego al grupo “control”. A los tres meses de terminada la estimulación eléctrica, el primer seguía superando ampliamente al segundo en habilidad y reflejos.

¿Qué va a pasar cuando algún tenista aparezca con la batería y los electrodos en el cerebro?. Algunos van a argumentar que es el mismo resultado que se obtiene con el entrenamiento tradicional. La estimulación eléctrica no hace más que reforzar las conexiones de la misma manera que se refuerzan durante las prácticas diarias.

Es otro desafío que la ciencia y la tecnología instalan en una actividad que se consideraba alejada de las mismas.

Tal vez Maradona y Messi, tal como lo hizo Einstein, deban donar sus cerebros a la ciencia para poder dilucidar, por sus cerebros, quien fue el mejor jugador del mundo.

viernes, 14 de mayo de 2010

LA GUERRA DE LOS VERDES


Una encuesta recientemente realizada en Inglaterra mostró que el 60% de las parejas que convivían bajo un mismo techo discutían, en distinto grado, sobre temas relacionados con el consumo de energía.

Los aspectos de mayor discusión incluían el dejar las luces prendidas (40%), dejar los artefactos electrónicos en “stand by” (28%) o tener demasiado elevada la temperatura de la calefacción (27%).

Otros datos muestran que también se discute sobre si dejar las ventanas abiertas con la calefacción encendida, dejar las luces prendidas en habitaciones sin ninguna persona en su interior o calentar más agua de la que se requiere para un te o café.

También suele ser motivo de discusión el argumento de compensar ahorros con gastos: “como no viajé en avión durante las vacaciones, ahora puedo gastar más energía en calefacción o puedo dejar las luces prendidas o ir en auto al trabajo”.

Parecen discusiones intrascendentes, pero varios consejeros matrimoniales afirman que los temas relacionados con la protección del medio ambiente se están convirtiendo en causales de rupturas de parejas a un nivel equivalente al de tener o no hijos, al de si la mujer debe quedarse en la casa para el cuidado de la misma y la educación de los hijos, como así también a las clásicas discusiones sobre el manejo del dinero generado en común.

Discusiones habituales tales como las relacionadas con la ropa tirada o sucia dejadas en cualquier lugar, ver demasiados deportes en la televisión o asistir o no a la iglesia, están siendo paulatinamente reemplazadas por viajar o no en avión por trabajo o vacaciones, usar auto o transporte público, consumir o no alimentos que provienen de países lejanos y otros equivalentes. La expresión habitual para el inicio de la discusión es: “No puedo creer que no tomes en serio esta cuestión. No puede ser que no te importe esto”.

Aparecen nuevos términos tales como “incompatibilidad geográfica” para indicar la inconveniencia de una pareja potencial debido a que vive muy lejos de su posible “alma gemela”, lejanía que se traduce en numerosos viajes en avión con su correspondiente aumento en la concentración de gases de efecto invernadero. También se habla de “incompatibilidad ecológica” para referirse a una pareja cuyas diferencias en lo que concierne a la protección del medio ambiente y a las reducciones en los consumos individuales de energía, deberían llevar inevitablemente a la ruptura del vínculo.

En un post de febrero del 2008 (El Tsunami Final) reproduje las declaraciones de dos científicos involucrados en el tema del Cambio Climático: “Estamos desarrollando un experimento que está sin control en el único hogar que tenemos”. Expresándolo en números: si las emisiones de dióxido de carbono continúan creciendo al ritmo de los últimos 30 años durante los próximos 50 años, se duplicará la concentración de CO2 en la atmósfera, llegando a las 560 partes por millón para el año 2050. Estos números no incluyen a países como China e India cuya contribución a la contaminación ambiental es relativamente reciente y cuya voluntad y posibilidad de tener industrias poco contaminantes es muy baja.Ahora bien, si no se empieza a reducir rápidamente la emisión de CO2 para evitar duplicar la concentración en la atmósfera, llegará un momento en que las únicas alternativas factibles serán cerrar todas las fábricas y parar todos los autos o esperar el Tsunami Final.

El concepto clave a tener en cuenta es que la naturaleza no entiende de compensaciones individuales o de argumentos durante una discusión de pareja. Todos deberíamos calcular nuestra huella ecológica, conversarlo con nuestra pareja y nuestros hijos y adoptar una actitud coherente y sostenida en el tiempo sobre como reducir nuestra emisión de gases de efecto invernadero.

Hollywood no va a demorar mucho en hacer la “remake” de la Guerra de los Roses; ahora el conflicto será por el cuidado del medio ambiente.

martes, 11 de mayo de 2010

ÚLTIMAS NOTICIAS DEL SIDA


En el año 1981 aparecieron las primeras noticias sobre una extraña enfermedad mortal que estaba afectando a la comunidad homosexual de San Francisco, en los Estados Unidos. Apasionados debates, intentos de ocultamiento, frases tales como “Castigo Divino”, nada pudo impedir que la verdad se conociera: el SIDA es una enfermedad viral mortal y hay que difundir sus riesgos y sus vías de contagio para evitar su propagación.

Hoy, el SIDA no figura en los titulares de los diarios ni se filman películas como Filadelfia. Los conmovedores relatos de quienes portan el virus no son objeto de interés en los medios de comunicación masivo de Occidente. Hay algunas excepciones y por ello es que me parece apropiado reproducir algunos conceptos publicados en el New York Times respecto al estado actual de la enfermedad.

No son buenas noticias: a pesar de la importante cantidad de científicos trabajando (o que estuvieron haciéndolo) y de los enormes presupuestos públicos y privados destinados a financiar la investigación y desarrollo de vacunas y fármacos contra el SIDA, no se ha inventado la “bala mágica” que cure la enfermedad.

No se conoce sobre alguna persona que se haya curado espontáneamente, por lo cual no se puede reproducir la defensa natural de ese organismo. El virus puede mutar tan rápidamente como en un solo día, como puede permanecer invariable en forma indefinida. A modo de comparación, el virus de la gripe “demora” un año en mutar. Como el virus ataca las células CD4, células relacionadas con el sistema inmune, cualquier intento de actuar sobre ellas sólo resulta en un organismo más proclive a caer bajo cualquier otro tipo de infecciones. El último ensayo, realizado en Tailandia durante 6 años, de una nueva vacuna no tuvo resultados satisfactorios.

Las buenas noticias son que se han desarrollado cocktails antiretrovirales, que sin curar la enfermedad, permiten una muy larga sobrevida. Todo el esfuerzo científico y técnico desarrollado permitió que los costos de tales remedios bajaran desde 12.000 dólares al año hasta alrededor de 100 dólares.

De esta forma, en los países desarrollados y en varios países con menores ingresos per cápita (India, Brasil, Rusia, Sud África), los portadores del virus pueden tener acceso al citado cocktail y prolongar su vida. Entonces, no resulta extraño que el tema saliera de las primeras páginas.

El drama permanece en varios lugares donde 100 dólares al año es difícil o inalcanzable: Uganda, Nigeria, Kenia, Mozambique, Tanzania, Bostwana, y saliendo de África: Haití, Guayana y Camboya. Los números indican que en esos países mueren por SIDA dos millones de personas al año; el número de infectados crece porque en esos mismos países contraen la enfermedad tres millones de personas al año.

A partir de los años 90 del siglo pasado, se establecieron varios programas de ayuda para la provisión de los retrovirales: tanto el gobierno de los Estados Unidos como donantes privados norteamericanos, canadienses y europeos aportaron importantes sumas de dinero para atender a los portadores del virus.

Ahora, ese flujo de dinero ha disminuido significativamente debido a dos motivos: (i) la crisis financiera del año pasado con su correspondiente recesión ha disminuido la fortuna de varios de los donantes; (ii) la convicción de que se pueden salvar muchas más vidas combatiendo otras enfermedades “más económicas”. Los donantes han decidido concentrar su apoyo en enfermedades que atacan a los niños, tales como diarrea, neumonía, malaria, tétanos y otras que pueden ser combatidas con antibióticos, mallas antimosquitos, filtros de agua, sales de rehidratación, etc, cuyos costos oscilan entre 1 y 10 dólares.

Como resultado, el número creciente de enfermos de SIDA en los países pobres crece en forma permanente y progresivamente se van desmantelando las estructuras que proveían los retrovirales. Las soluciones “económicas”: abstinencia, ser fiel, usar profilácticos chocan contra tradiciones culturales firmemente arraigadas que inhiben su permanencia en el tiempo.

Es conocida la fatiga de los donantes ante la falta de resultados concretos. También se sabe que hay menos recursos destinados a la investigación sobre el tema. La sensación de impotencia es muy grande ante la certeza de tantas muertes anunciadas.

jueves, 6 de mayo de 2010

OMMMMM


Hace pocos años atras, durante un partido de fútbol 5 me corté el tendón de Aquiles. Tuve que operarme, andar un tiempo con yeso y la posterior rehabilitación. Como resultado, debí abandonar la práctica de aquellos deportes que demandan una práctica muscular intensa.

Me recomendaron que practicara yoga. Una vez por semana voy a un gimnasio especializado en esa práctica y puedo decir que me ha quitado casi todos los dolores y molestias musculares y me ayuda a mantenerme ágil y flexible.

Mis problemas con el yoga están relaciondos con la parte “mística” de la gimnasia. Al principio de la clase, se nos pide que “organizemos” la respiración y en cada exhalación pronunciemos la sílaba “OM”. Un ritual ancestral indio trasladado a un gimnasio argentino en el siglo XXI me resulta conflictivo.

Por ello es que me abalanzé sobre un “paper” publicado en una revista científica importante, The International Journal of Computer Science and Network Security, que mostraba los resultados de un trabajo publicado por dos investigadores científicos indios, Ajay Anil Gurjar and Siddharth A Ladhake, sobre la aplicación de herramientas matemáticas sofisticadas en el análisis del mantra.

Los científicos se especializan en el procesamiento electrónico de señales y encontraron que el tema del OM podía servirles para publicar papers con cierta asiduidad. Ya llevan 6 publicados y en todos ellos registran las ondas que emiten las personas que cantan el OM y luego le aplican herramientas matemáticas para obtener conclusiones de interés. Una de las herramientas aplicadas en la Transformación Wavelet (Transformación de ondas pequeñas) con la cual obntienen infinidad de gráficas para analizar.

Encontraron que el OM tiene sus variaciones: puede ser muy rápido, varios ciclos por segundo. O puede ser muy lento, varios segundos por ciclo. Inclusive puede ser extremadamente lento, con el sonido mmmmmmm continuando en el cerebro por un período relativamente largo.

Estas serían algunas de las variantes:

'OMmmOMmmOMmm...
'OMmmmmOMmmmmOMmmmm...
'OMmmmmmmmOMmmmmmmmOMmm'


En la parte final del trabajo, en las conclusiones, los científicos afirman que: “Nuestra atención y nuestra concentración están siendo hurtados por todo lo que ocurre a nuestro alrededor en el mundo en tiempos recientes....Mediante este análisis, podemos concluir que se logra calmar la mente cantando OM, y cuando la mente está en calma, el sujeto humano está en paz”.


Numerosos científicos llenaron la casilla de correos de los editores de la revista que permitieron publicar esas conclusiones.


Por mi parte, seguiré yendo al gimnasio pero ahora sin conflictos. Al menos para mi, no hay ninguna base científica en el OM; sólo se trata de un único ejercicio en una excelente gimnasia.

sábado, 1 de mayo de 2010

A QUE DEDICA EL TIEMPO LBRE


La revista Forbes ha publicado un artículo muy interesante relacionado con el tiempo que el norteamericano promedio (un país que adora hacer encuestas) pasa delante de alguna pantalla electrónica.

El análisis considera 4 tipos de pantallas: i) pantallas de televisión (incluye DVD’s y juegos tipo Nintendo); ii) pantallas de computadoras; iii) pantallas de teléfonos celulares; iv) otras pantallas que incluyen a los cines, GPS y pantallas de video en negocios.

Los resultados de la encuesta muestran que, contrario a ciertas opiniones que circulan por los medios, el norteamericano promedio está más tiempo frente al televisor que frente a la computadora. Para una media diaria de 524 minutos (algo menos de 9 horas) frente a las diversas pantallas, 309 minutos (algo más de 5 horas) se pasan frente al televisor.

Por supuesto que estar tantas horas frente a la “caja boba” implica recibir una buena dosis de publicidad: el estudio encontró que el televidente promedio recibe aproximadamente 365 horas de publicidad al año, una hora promedio por día. A esto habría que agregarle las publicidades que en forma directa o algo más sutil se reciben por Internet.

Otras conclusiones del estudio que están siendo analizadas por la industria de los medios electrónicos también contradicen a ciertas opiniones establecidas: año tras año aparecen nuevas formas de consumo, pero ello no implica la reducción en el consumo de las previamente existentes. Así la aparición de la televisión no eliminó a la radio, ni la aparición de Internet va a eliminar a la “tele”. Tampoco se espera que las aplicaciones online en los teléfonos celulares vayan a desplazar a las búsquedas y usos que hoy en día hacemos con las computadoras. El ser humano se las ingenia para incorporar las nuevas tecnologías sin necesidad de desplazar a las anteriores.

¿Cómo hacemos para seguir incorporando imágenes en forma creciente?

La respuesta aunque evidente no deja de inquietarme: el tiempo adicional que pasamos frente a una pantalla lo restamos del sueño. Año tras año se observa una reducción creciente en las horas dedicadas al sueño reparador.

El informe de Forbes concluye que es muy difícil resistir la tentación de permanecer frente a una pantalla de computadora cuando cada minuto se agregan, sólo en You Tube, 20 horas de nuevos videos.