Los recientes desprendimientos de grandes masas de hielo son, tal vez, la imagen más elocuente de los profundos cambios que el fenómeno denominado calentamiento global está produciendo en nuestro planeta. Estamos intentando reaccionar: el apagón total programado para el pasado sábado en 20 grandes ciudades fue una muestra de la necesidad de actuar rápidamente y en gran escala (Lamentablemente, la actitud de los dirigentes y habitantes de Buenos Aires no fue la más apropiada).
Los términos energías renovables, fuentes alternativas de energía, nuevos combustibles y similares están cada día más presentes en los medios de comunicación, en los discursos de diferentes políticos y en las conversaciones cotidianas, pero paradójicamente no hay una masa crítica de científicos e ingenieros que estén trabajando arduamente para resolver el problema.
En anteriores posts, describí los importantes avances que están produciendo en la obtención de energía a partir del viento (energía eólica), como así también la relativa baja inversión en Investigación & Desarrollo (I&D) en temas de energía solar. Vuelvo a insistir en esta última problemática con información actualizada, aunque con la misma conclusión: sólo podremos salvar al planeta (o a nuestro estándar de vida) si rápidamente encontramos la manera de reemplazar los combustibles fósiles por energía solar.
Analicemos los números; en el año 2005, George Crabtree del Laboratorio Argonne de los Estados Unidos pronosticó las siguientes posibilidades para las energías renovables en todo el planeta (expresadas en terawatios (TW) o trillones de watios o 10 elevado a la potencia 18 watios.)
Energía eólica: 2 – 4 TW extraíbles
Energía geotérmica: 9.7 TW
Biomasa (incluye biocombustibles y residuos): 5 -7 TW
Hidroelectricidad: 4.6 TW, de los cuales son técnicamente factibles 1.6 TW
Energía a partir del océano y de las corrientes marítimas: 2 TW
Energía solar: 36.000 TW
Los números son concluyentes: los mayores esfuerzos en I&D deberían volcarse a la energía solar.
Para los escépticos muestro los valores que calculó el Dr. Daniel Nocera del Massachussets Institute of Technology (el famoso MIT), presentados hace sólo quince días atrás en un encuentro de científicos e ingenieros en el Instituto Aspen (EE.UU.):
Nuestro consumo actual de energía es de 12.8 TW.
Para el año 2050, con una población cercana a los 9.000 millones de individuos y con el crecimiento tecnológico-económico de los últimos años, el consumo global de energía ascenderá a los 30 TW.
En resumen, la humanidad deberá conseguir rápidamente alrededor de 18 TW adicionales a los que actualmente utiliza. Si los va a obtener a partir del petróleo y del carbón, olvídense del ski y demás deportes de invierno. También apúrense a conocer los glaciares.
Si decide obtener los 18 TW a partir de las fuentes alternativas de energía, puede hacerlo de la siguiente manera:
Cortar todas las plantas y árboles del planeta y transformarlas en biocombustibles. Obtendrá 7 TW, aún le faltarán 11 TW pero se quedará sin alimentos.
Construir plantas nucleares. El Dr. Nocera calculó que si se construye cada 1.6 días, hasta el año 2050, una nueva planta nuclear generadora de 100 millones de watts, habremos conseguido sólo 8 TW.
Llenar de parques eólicos todos los sitios apropiados (en magnitud y continuidad de viento) y llegamos a 2TW.
Embalsar todos los ríos del planeta para generar hidroelectricidad y obtendremos 1 TW adicional.
Para conseguir los 18 TW requeridos sólo tendremos que construir un número impresionante de usinas nucleares, embalsar todos los ríos, capturar todo el viento y cortar todos los árboles y plantas que puedan ser transformadas en biocombustibles. No es el planeta que quisiera legarle a mis nietos.
Por el contrario, sólo debemos recuperar 18 de los 800 TW que, según Nocera, el sol hace incidir continuamente sobre el planeta.
¿Está la humanidad embarcada en tal empresa?. La respuesta es inevitablemente NO si tenemos en cuenta que hay una relación 30 a 1 entre los gastos de I&D destinados a salud y los destinados a energías alternativas.
Nuestra “miopía” es tan grande que estamos mejorando y alargando la vida de millones de personas, sólo para decirles: “Lo lamento, pero no hay energía suficiente para todos”.
Los términos energías renovables, fuentes alternativas de energía, nuevos combustibles y similares están cada día más presentes en los medios de comunicación, en los discursos de diferentes políticos y en las conversaciones cotidianas, pero paradójicamente no hay una masa crítica de científicos e ingenieros que estén trabajando arduamente para resolver el problema.
En anteriores posts, describí los importantes avances que están produciendo en la obtención de energía a partir del viento (energía eólica), como así también la relativa baja inversión en Investigación & Desarrollo (I&D) en temas de energía solar. Vuelvo a insistir en esta última problemática con información actualizada, aunque con la misma conclusión: sólo podremos salvar al planeta (o a nuestro estándar de vida) si rápidamente encontramos la manera de reemplazar los combustibles fósiles por energía solar.
Analicemos los números; en el año 2005, George Crabtree del Laboratorio Argonne de los Estados Unidos pronosticó las siguientes posibilidades para las energías renovables en todo el planeta (expresadas en terawatios (TW) o trillones de watios o 10 elevado a la potencia 18 watios.)
Energía eólica: 2 – 4 TW extraíbles
Energía geotérmica: 9.7 TW
Biomasa (incluye biocombustibles y residuos): 5 -7 TW
Hidroelectricidad: 4.6 TW, de los cuales son técnicamente factibles 1.6 TW
Energía a partir del océano y de las corrientes marítimas: 2 TW
Energía solar: 36.000 TW
Los números son concluyentes: los mayores esfuerzos en I&D deberían volcarse a la energía solar.
Para los escépticos muestro los valores que calculó el Dr. Daniel Nocera del Massachussets Institute of Technology (el famoso MIT), presentados hace sólo quince días atrás en un encuentro de científicos e ingenieros en el Instituto Aspen (EE.UU.):
Nuestro consumo actual de energía es de 12.8 TW.
Para el año 2050, con una población cercana a los 9.000 millones de individuos y con el crecimiento tecnológico-económico de los últimos años, el consumo global de energía ascenderá a los 30 TW.
En resumen, la humanidad deberá conseguir rápidamente alrededor de 18 TW adicionales a los que actualmente utiliza. Si los va a obtener a partir del petróleo y del carbón, olvídense del ski y demás deportes de invierno. También apúrense a conocer los glaciares.
Si decide obtener los 18 TW a partir de las fuentes alternativas de energía, puede hacerlo de la siguiente manera:
Cortar todas las plantas y árboles del planeta y transformarlas en biocombustibles. Obtendrá 7 TW, aún le faltarán 11 TW pero se quedará sin alimentos.
Construir plantas nucleares. El Dr. Nocera calculó que si se construye cada 1.6 días, hasta el año 2050, una nueva planta nuclear generadora de 100 millones de watts, habremos conseguido sólo 8 TW.
Llenar de parques eólicos todos los sitios apropiados (en magnitud y continuidad de viento) y llegamos a 2TW.
Embalsar todos los ríos del planeta para generar hidroelectricidad y obtendremos 1 TW adicional.
Para conseguir los 18 TW requeridos sólo tendremos que construir un número impresionante de usinas nucleares, embalsar todos los ríos, capturar todo el viento y cortar todos los árboles y plantas que puedan ser transformadas en biocombustibles. No es el planeta que quisiera legarle a mis nietos.
Por el contrario, sólo debemos recuperar 18 de los 800 TW que, según Nocera, el sol hace incidir continuamente sobre el planeta.
¿Está la humanidad embarcada en tal empresa?. La respuesta es inevitablemente NO si tenemos en cuenta que hay una relación 30 a 1 entre los gastos de I&D destinados a salud y los destinados a energías alternativas.
Nuestra “miopía” es tan grande que estamos mejorando y alargando la vida de millones de personas, sólo para decirles: “Lo lamento, pero no hay energía suficiente para todos”.