viernes, 22 de junio de 2007

Y EL GANADOR ES .........

Una noche en el mes de marzo concita la atención de millones de telespectadores: es la entrega de los Premios Oscar. Aún aquellos que esporádicamente van al cine siguen atentamente los preparativos de la ceremonia y comentan o polemizan sobre las decisiones de la Academia.



También la entrega de los Premios Nobel es objeto de una intensa difusión periodística, aunque dada la complejidad de los estudios científicos premiados en Física, Química y Medicina, sólo se da la controversia en los Premios Nobel de Literatura, Paz y, eventualmente, de Economía.

Alguien pensó que también debería “premiarse” a las peores películas, a los peores actores y a los “peor vestidos” y se crearon ceremonias para tales fines. Lógicamente, los seleccionados para esos reconocimientos no asisten a la fiesta pero el periodismo especializado se encarga de difundirlo. Marc Abrahams, de la Universidad de Cambridge, pensó que debería premiarse a un conjunto de insólitas investigaciones científicas y desarrollos tecnológicos y para tal fin creó los Nobel Ig.

NOBLES “MA NON TROPO”

Según sus promotores, el Premio Nobel Ig se otorga a quienes han realizado algo que, en primer lugar, hace REIR a la gente pero luego les hace PENSAR. Adicionalmente, el premio se otorga a aquellos descubrimientos o creaciones que “no pueden o no deben ser reproducidos”.

Veamos que hicieron algunos de los últimos ganadores: dos científicos indios de la Universidad de Kerala publicaron un trabajo sobre la “Estimación del área superficial total de los elefantes de la India”. Varios japoneses obtuvieron el Nobel Ig de la Paz 2002 por su contribución a la comprensión y armonía inter-especies al inventar un dispositivo para traducir del lenguaje humano al canino y viceversa. El Nobel Ig de Medicina 2001 fue obtenido por un científico de la Universidad Mc Gill por su trabajo: “Daños producidos debido a la caída de cocos”. El de la Paz 2001 fue para el lituano que construyó un parque de diversiones titulado “Mundo Stalin”. Científicos italianos de la Universidad de Pisa, románticos incurables, encontraron que “bioquímicamente, el amor romántico, puede no ser diferente de tener un severo desorden obsesivo – compulsivo”. La Armada Real Británica obtuvo el Nobel Ig de la Paz 2000 por ordenar a sus marineros que en vez de utilizar munición verdadera en sus cañones, la reemplacen por el grito ¡Bang!. Es innegable que hay diferencias entre el Nobel “original” entregado a Einstein por su Teoría de la Relatividad y el Nobel Ig otorgado al inglés Len Fisher quién calculó la “manera óptima de sumergir un bizcocho”. No menos interesante fue la contribución científica del médico noruego que publicó su estudio relativo a la forma, tamaño y otras características de los recipientes que contenían la orina que sus pacientes le enviaban. El Nobel Ig 1993 en Matemática fue para un catedrático de la Universidad de Carolina del Sur quien calculó la probabilidad de que Mijail Gorbachov fuera el Anticristo (710.609.175.188.282.000 a 1) y el de Psicología 1995 para tres japoneses que entrenaron palomas para que distingan entre las pinturas de Picasso y las de Monet.

Varios ingeniosos inventores recibieron su correspondiente Nobel Ig: dos norteamericanos que patentaron un dispositivo para ayudar al parto consistente en acostar a la parturienta en una mesa circular y rotarla a la mayor velocidad posible. El español que desarrolló una máquina lavadora de perros y gatos. Un norteamericano premiado por haber inventado un software que detecta cuando un gato camina sobre un teclado de computadora. Un australiano, que en el año 2001, patentó la rueda (el premio fue compartido con la Oficina de Patentes de Australia, organismo que le concedió la correspondiente patente). Otro norteamericano desarrolló un calzoncillo hermético provisto de un filtro de carbón que elimina los malos olores antes que los mismos se escapen. Los Nobel Ig de Economía tuvieron merecidos ganadores: dos japoneses que inventaron el Tamagotchi (¿recuerdan a la mascota virtual?) por la cantidad de horas de trabajo que le hicieron perder a quienes tuvieron la mala idea de comprarlo. Al Reverendo Moon por haber desarrollado la industria del casamiento en gran escala (pasó de 36 casamientos en 1960 a 36 millones en 1997). Los ejecutivos y auditores de Enron, Merrill Lynch, Merck, WorldCom, Xerox, Arthur Andersen y otras empresas por haber adaptado el concepto de números imaginarios al mundo de los negocios. Un economista de la Universidad Metodista del Sur y autor de los libros: “La gran depresión de 1990” y “ Sobreviviendo a la gran depresión de 1990” obtuvo, merecidamente, el Nobel Ig de 1993 ya que la impresionante venta de sus libros evitó que en 1990 hubiera una depresión económica.

10 Premios Nobel Ig se entregan en una ceremonia de gala que se realiza anualmente en la Universidad de Harvard. La mayoría de los premiados concurre a la misma y es habitual que un ganador de un Nobel “original” entregue la distinción. No hay un espíritu de “cargada”, a la que son tan afectos los argentinos, sino que intenta ser un reconocimiento, en algunos casos a la ingenuidad, en otros a la imaginación. Algunos intentan ser una advertencia de los riesgos que conlleva la burocracia o la presión por publicar en una revista científica. Los Nobel Ig ayudan a demitificar la ciencia y la tecnología mostrándonos muchas veces al “rey desnudo”.

¡OUCH!

Existe un galardón que nadie quiere obtener: los Darwin Awards (Premios Darwin). Se entrega a aquellas personas que contribuyen a mejorar el genoma humano matándose en la forma más estúpida posible y sin dejar descendencia. Veamos algunos ejemplos: el sereno de un compañía telefónica canadiense obtuvo el Premio Darwin 1999 tras morir por haber estado expuesto a una intensa radiación de microondas en la mañana de Navidad. Ingresó a una zona de acceso restringido junto a una docena de latas de cerveza y un banquito; para protegerse del intenso frío se sentó frente al generador de microondas cuya potencia fue incrementada notablemente anticipando el creciente número de llamadas telefónicas que se realizan durante la Navidad (la radiación de microondas calienta las moléculas de agua del cuerpo humano como las de cualquier otra sustancia orgánica). Una francesa de 27 años se mató en un accidente de auto en una autopista en las proximidades de Marsella; perdió el control del vehículo cuando su Tamagotchi comenzó a sonar intensamente pidiendo comida. Dos técnicos de una compañía de gas en Texas concurrieron a un negocio para atender un reclamo por intenso olor a gas. Los empleados del negocio, prudentes, cortaron la corriente eléctrica y los técnicos se encontraron en el interior del
negocio a oscuras; para poder orientarse necesitaban una luz y uno de ellos utilizó su encendedor para obtener la nominación al Premio Darwin.

Entre otros nominados se destacan: el norteamericano que decidió jugar a la ruleta rusa con una pistola semiautomática ( un mecanismo se encarga de alojar siempre una bala en la recámara). Un abogado canadiense intentando explicar con un ejemplo el nivel de seguridad de las ventanas de un edificio impactó con su hombro a una de ellas, la misma se rompió y el abogado murió tras una caída de 24 pisos. Seis egipcios fueron nominados para el premio en 1996 al haberse ahogados intentando salvar una gallina que se había caído en un pozo (la gallina fue posteriormente rescatada).

La bióloga australiana Wendy Northcutt propuso la idea del Premio Darwin. Basándose en el concepto de la supervivencia del más apto, Northcutt asume que la muerte (sin dejar descendencia) de aquellos que cometen errores absurdos es una forma de mejorar el acervo génico de la humanidad y ello conlleva un incremento en la probabilidad de la supervivencia de la especie en el largo plazo. La idea de Northcutt ha sido criticada por ser “políticamente incorrecta”, pese a lo cual la cantidad de páginas en Internet relacionadas con los Premios crece día a día. Sugerimos un nuevo saludo para los amigos en el día de su cumpleaños: “Que nunca te nominen para el Premio Darwin”.

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