Historia de la Pelota de Fútbol, 5º parte.
Los ingleses inventaron el football y la Asociación Inglesa de Fútbol estableció la mayoría de las reglas con las que actualmente se juega. Respecto a la pelota, la Asociación estipuló en 1872 que la misma debía ser “esférica con una circunferencia de 27 a 28 pulgadas” (68.6 a 71.1 cm). Posteriormente estableció que debía tener una cobertura exterior de cuero u otro material aprobado y que el peso podía oscilar entre 14 y 16 onzas (397 a 453 gramos).
Los balones utilizados entre finales del siglo XIX y las primeras décadas del siglo XX eran de cuero marrón curtido con 18 paños cosidos en 6 paneles de tres tiras cada uno. Las pelotas más caras se fabricaban a partir del cuero de las ancas de las vacas mientras que las más económicas se hacían con los cuartos delanteros de las mismas. Las cámaras eran de caucho y tenían una “manguerita” para inflarlas. No existían controles de calidad, motivo por el cual diferían apreciablemente en cuanto al espesor del cuero, la calidad del mismo y el tipo de caucho. Esas diferencias eran tan marcadas que durante la final de la primera copa mundial jugada en Uruguay en 1930, entre los locales y Argentina, se resolvió que durante el primer tiempo se jugara con una pelota “made in Argentina” y el segundo tiempo con una uruguaya. El resultado de los primeros 45 minutos fue: Argentina 2 – Uruguay 1; lamentablemente, y confirmando la importancia de la pelota, el resultado final fue Uruguay 4 – Argentina 2.
La Segunda Guerra Mundial inevitablemente estableció un paréntesis en el desarrollo de los campeonatos mundiales de fútbol. El primer mundial de posguerra se realizó en Brasil en 1950 y en el mismo se continuó utilizando una pelota marrón de 18 paños. Era una pelota pesada, producía golpes muy dolorosos con sus impactos y su principal inconveniente era el agua que absorbía en los días de lluvia; debido a este último problema, el reglamento permitía que el peso de la pelota continuara fluctuando entre 397 y 453 gramos.
La revolución en el diseño de los balones se dio en el Mundial de México 1970 y fue impulsado por la televisación de los partidos en vivo y en directo. El modelo “Telstar” desarrollado por la empresa Adidas fue la primera de las “Bucky balls”.
El ingeniero norteamericano Richard Buckminster Fuller confiaba poderosamente en las habilidades creativas del ser humano y en la perspectiva de un futuro mejor a partir de los nuevos desarrollos tecnológicos y de una “ciencia del diseño” que fuera solucionando uno tras otro los diferentes problemas que afectaban a la humanidad.
La muerte de su pequeña hija de 4 años, debido a problemas en la vivienda que habitaban, lo impulsó a dedicarse al diseño y construcción de edificios. Investigó arduamente sobre estructuras, nuevos materiales y diferentes técnicas de construcción buscando soluciones que involucraran el mínimo consumo de materiales y energía. Se interesó particularmente en el diseño de objetos que se armaban a partir de varias partes pequeñas e idénticas.
En 1949, Buckminster Fuller construye el domo geodésico: un novedoso edificio de diseño futurístico constituido por una red altamente compleja de triángulos idénticos que forman una superficie prácticamente esférica. La similitud entre los triángulos simplifica enormemente la construcción del domo y le otorga a la estructura una resistencia superior comparado con edificios construidos con la misma cantidad de materiales. Consideremos la cáscara de un huevo: es un material débil y quebradizo, pero cuando adopta la forma ovoide su resistencia a la tensión crece enormemente.
Los diseñadores de Adidas se inspiraron en el domo geodésico de Buckminster Fuller para crear la pelota utilizada en el Mundial de México de 1970, denominada “Telstar” por el satélite que permitió la transmisión de los partidos. La pelota, rebautizada “Buckminster Ball” o “Bucky ball”, consistía en 20 superficies hexagonales (objetos con 6 lados) y 12 superficies pentagonales (objetos con 5 lados) cosidos juntos para conformar una superficie casi esférica. Desde el punto de vista geométrico, es un icosahedro truncado –un polígono con 60 vértices y 32 caras–, 12 de esas caras eran pentágonos negros y 20 eran hexágonos blancos que permitían su visualización en los televisores blanco y negro que eran mayoría para la época.
El modelo “Telstar” volvió a ser utilizado en Alemania 1974 y la única variante fue una versión denominada “Chile Durlast” que no tenía paneles negros. Adidas introdujo el modelo “Tango” en el Mundial de Argentina 1978; continuaban los 32 paños pero con un nuevo diseño de 20 paneles negros que daban la sensación de que la pelota constaba de 12 círculos negros idénticos. La “Tango España” de 1982 incluía una capa de caucho sobre las costuras para disminuir el ingreso de agua al interior de la misma. Sin embargo, los sucesivos impactos desgastaban a la capa de caucho y podían obligar al reemplazo de la pelota durante el juego. Fue la última pelota de cuero utilizada en un mundial organizado por la FIFA.
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