viernes, 1 de octubre de 2010

GUTEMBERG RELOADED


Hay una gran novedad en el tema de los libros electrónicos: K-NFB Reading Technology Inc. acaba de lanzar el Blio ™. Es un software de lectura gratis que puede ser bajado desde la página de la empresa. Se lo puede utilizar con las últimas versiones de Windows (XP, Vista y 7) y estará pronto disponibles para otras plataformas tales Android y con los IPhone.

Atrás del software está Ray Kurzweil, inventor del OCR (reconocimiento óptico de caracteres), del scanner plano y de numerosos dispositivos de lectura para ciegos. También está la empresa Baker & Taylor Inc, una empresa líder en la provisión de servicios multimediales digitales.

El programa compite en el área de los ibooks, donde sobresalen el Kindle de Amazon y el Nook de Barnes & Noble. Su gran ventaja respecto a los anteriores radica en su costo cero.

El software reproduce fielmente los colores, la estructura y los tipos de letras originales de la versión impresa del libro. Simula muy bien el movimiento de la tapa del libro, como así también el movimiento de las páginas. También permite la conversión de texto en voz, a partir de la digitalización de una voz masculina y una femenina. Se pueden insertar notas en cualquier lugar del texto, resaltar secciones y buscar referencias en la web, sin abandonar el texto que se está leyendo.

Hay igual que los otros lectores, tiene libros para bajar gratis y otros a diferentes precios. Al igual que los otros, el catálogo de libros no es grande (10.000 libros) ni incluye a los autores más reconocidos, pero se asume que con el tiempo, la mayoría de los escritores mandará su producción literaria hacia algún ibook.

El acceso a los contenidos es muy flexible, de modo que se podrá empezar a leer el libro en una PC y continuar la lectura en una notebook, en el camino al trabajo (o en el mismo trabajo). Por ahora, la principal objeción es que no se elimina la barra de tareas de Windows, por lo que no se visualiza a pantalla completa.

El libro electrónico genera intensas discusiones entre quienes aseguran que las sensaciones del libro impreso son inimitables, y quienes ya lo adoptaron como casi única fuente de lectura. La industria editorial está muy preocupada, y el Blio debería preocuparla aún más. En algún momento se llegará a un delicado equilibrio donde coexistirán ambas alternativas; por supuesto que para ello ocurra, el libro impreso deberá tener precios similares al de la versión electrónica. En Rosario, ciudad donde vivo, cada vez más las librerías están agregando otras actividades económicas a la tradicional venta de libros. Parece una sabia decisión.

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