El último número de la revista Wired incluye un excelente artículo titulado “The 2008 Smart List: 15 People the Next President should Listen to” (La lista inteligente del 2008: 15 personas que el próximo presidente debería escuchar). Básicamente se trata de académicos expertos en temas tan diversos como globalización, genoma humano, diseño de ciudades, conflictos bélicos, epidemias y otros más que deberían ser prioritarios en la agenda del próximo presidente del país más poderoso e influyente del planeta.
Relacionados con temas habitualmente tratados en mis posts, seleccioné algunas citas de tres integrantes de la lista, con la intención de que mis lectores busquen la fuente original (wired.com) y completen la lectura de las restantes 12 “smart people”
Peter Gleick, presidente y cofundador del Pacific Institute, un think tank ambientalista con sede en Oakland, California, sostiene que uno de los grandes desafíos, a nivel político, económico y científico, es la insustentable demanda global de agua fresca para consumo humano. Wired ilustra las opiniones de Gleick relativa a la problemática del agua con una presentación tipo Power Point donde se muestra que el nivel de los acuíferos ha descendido a la mitad en los últimos años, que las fuentes y sistemas de suministros de agua son vulnerables a diversos y malignos tipos de ataques terroristas, que nuevos conflictos internacionales aparecerán en áreas donde el recurso no alcanza para cubrir las necesidades de una población creciente. También se muestra que 1000 millones de personas carecen de acceso seguro al agua potable y 2.5 millones mueren anualmente por ese motivo. Además, el cambio climático intensificará el número y magnitud de las inundaciones, tormentas, sequías y epidemias. Lo valioso del aporte de Gleick es que no sólo indica los problemas a resolver, sino que sugiere medidas para combatirlos.
Robert Dalrymple, profesor de Ingeniería Civil en la John Hopkins University, le advierte que esté preparado para las manifestaciones extremas del clima. Lo ejemplifica con el huracán Katrina: fue un caso único en 100 años, pero rápidamente fue sucedido por el huracán Rita de una magnitud similar, sólo un mes después. En resumen, debemos estar preparados para las peores catástrofes.
Para el caso particular de Estados Unidos, Dalrymple propone tener “aceitados” los sistemas de evacuación rápida de las grandes ciudades susceptibles de verse afectadas por catástrofes naturales (Miami, New Orleáns, Houston, etc). También propone regenerar las áreas costeras ya que las mismas actúan como amortiguadores naturales contra las tormentas provenientes del océano. Por último, sugiere “salvar” las playas ya que la erosión sobre las mismas está alterando las corrientes, impidiéndoles actuar también como amortiguadores naturales.
El tercero en mi lista es Steve Rayner, profesor de Ciencia y Civilización de la Oxford University. Su solicitud es que tomemos más seriamente al cambio climático. Comienza indicando que la actual administración (Bush) se resistió a ejecutar los cambios necesarios debido al costo económico que traería aparejado. Rayner afirma que no debe ser una decisión costo – beneficio sino una decisión estratégica, más relacionada con la innovación tecnológica (que le dio el predominio a Estados Unidos) que un balance de ganancias y pérdidas. Indica que la única manera plausible de reducir las emisiones de los gases de efecto invernadero en las próximas décadas es a través de la aceleración en el desarrollo y la adopción de fuentes energéticas con bajo contenido en carbono.
Postula que se deben establecer metas de consumo para las tecnologías ya existentes, comenzando con los sectores que utilizan energía en forma más intensiva, tales como sistemas de generación de electricidad, sistemas de transporte y fabricación de cemento. Enfocar el esfuerzo en los cinco países más contaminantes: Estados Unidos (22%), China (18%), Rusia (6%), India (5%) y Japón (5%); las 202 naciones restantes juntas sólo contribuyen al 44% de la generación de gases de efecto invernadero. Por último, sugiere que debe existir una amplia variedad de alternativas técnicas para que sea el mercado o los planificadores quienes puedan seleccionar de un amplio abanico de opciones cuáles serán las seleccionadas para la tarea.
Estamos muy próximos a noviembre, fecha de las elecciones en Estados Unidos. Los candidatos sólo están pensando en ganar la contienda electoral. Cuando la misma haya concluido, espero que en las primeras páginas de la agenda presidencial esté incluido charlas con los integrantes de la “smart list”.
Relacionados con temas habitualmente tratados en mis posts, seleccioné algunas citas de tres integrantes de la lista, con la intención de que mis lectores busquen la fuente original (wired.com) y completen la lectura de las restantes 12 “smart people”
Peter Gleick, presidente y cofundador del Pacific Institute, un think tank ambientalista con sede en Oakland, California, sostiene que uno de los grandes desafíos, a nivel político, económico y científico, es la insustentable demanda global de agua fresca para consumo humano. Wired ilustra las opiniones de Gleick relativa a la problemática del agua con una presentación tipo Power Point donde se muestra que el nivel de los acuíferos ha descendido a la mitad en los últimos años, que las fuentes y sistemas de suministros de agua son vulnerables a diversos y malignos tipos de ataques terroristas, que nuevos conflictos internacionales aparecerán en áreas donde el recurso no alcanza para cubrir las necesidades de una población creciente. También se muestra que 1000 millones de personas carecen de acceso seguro al agua potable y 2.5 millones mueren anualmente por ese motivo. Además, el cambio climático intensificará el número y magnitud de las inundaciones, tormentas, sequías y epidemias. Lo valioso del aporte de Gleick es que no sólo indica los problemas a resolver, sino que sugiere medidas para combatirlos.
Robert Dalrymple, profesor de Ingeniería Civil en la John Hopkins University, le advierte que esté preparado para las manifestaciones extremas del clima. Lo ejemplifica con el huracán Katrina: fue un caso único en 100 años, pero rápidamente fue sucedido por el huracán Rita de una magnitud similar, sólo un mes después. En resumen, debemos estar preparados para las peores catástrofes.
Para el caso particular de Estados Unidos, Dalrymple propone tener “aceitados” los sistemas de evacuación rápida de las grandes ciudades susceptibles de verse afectadas por catástrofes naturales (Miami, New Orleáns, Houston, etc). También propone regenerar las áreas costeras ya que las mismas actúan como amortiguadores naturales contra las tormentas provenientes del océano. Por último, sugiere “salvar” las playas ya que la erosión sobre las mismas está alterando las corrientes, impidiéndoles actuar también como amortiguadores naturales.
El tercero en mi lista es Steve Rayner, profesor de Ciencia y Civilización de la Oxford University. Su solicitud es que tomemos más seriamente al cambio climático. Comienza indicando que la actual administración (Bush) se resistió a ejecutar los cambios necesarios debido al costo económico que traería aparejado. Rayner afirma que no debe ser una decisión costo – beneficio sino una decisión estratégica, más relacionada con la innovación tecnológica (que le dio el predominio a Estados Unidos) que un balance de ganancias y pérdidas. Indica que la única manera plausible de reducir las emisiones de los gases de efecto invernadero en las próximas décadas es a través de la aceleración en el desarrollo y la adopción de fuentes energéticas con bajo contenido en carbono.
Postula que se deben establecer metas de consumo para las tecnologías ya existentes, comenzando con los sectores que utilizan energía en forma más intensiva, tales como sistemas de generación de electricidad, sistemas de transporte y fabricación de cemento. Enfocar el esfuerzo en los cinco países más contaminantes: Estados Unidos (22%), China (18%), Rusia (6%), India (5%) y Japón (5%); las 202 naciones restantes juntas sólo contribuyen al 44% de la generación de gases de efecto invernadero. Por último, sugiere que debe existir una amplia variedad de alternativas técnicas para que sea el mercado o los planificadores quienes puedan seleccionar de un amplio abanico de opciones cuáles serán las seleccionadas para la tarea.
Estamos muy próximos a noviembre, fecha de las elecciones en Estados Unidos. Los candidatos sólo están pensando en ganar la contienda electoral. Cuando la misma haya concluido, espero que en las primeras páginas de la agenda presidencial esté incluido charlas con los integrantes de la “smart list”.
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