miércoles, 30 de julio de 2008

PLEAMARES DE LA VIDA


Cuando se hace una lista de las fuentes energéticas alternativas, es habitual que la energía mareomotriz figure en los últimos lugares de la misma. No se trata de discriminación sino que las dificultades técnicas relacionadas con su aplicación en gran escala inevitablemente la relegan a los últimos puestos. Sin embargo, los británicos están intentando mejorar su ubicación en la lista.

La energía mareomotriz es una fuente energética renovable basada en la gravitación lunar: las mareas que habitualmente vemos en las costas son el resultado de la interacción entre las fuerzas gravitatorias de la Tierra y de la Luna. De lo anterior deriva su principal ventaja: su predictibilidad, en oposición a la intensidad del viento y a la magnitud de la radiación solar que son inherentemente aleatorios.

Si bien es conocido su potencial como fuente energética, también se ha establecido que cualquier proyecto mareomotriz de importancia tiene mayores costos cuando se los compara con otras tecnologías alternativas. Se debe a la necesidad de construir enormes estructuras en ambientes salinos muy complejos. La diferencia en altura, energía potencial del sistema, es muy inferior a la de los proyectos hidroeléctricos convencionales; por lo tanto se requieren numerosos generadores individuales capaces de trabajar en ambientes marinos para que el proyecto sea viable.

Otra limitación está dada por el ciclo lunar de 24 horas y 50 minutos, lo que implica un desfasaje diario entre la capacidad de producción de energía y nuestro día laboral de 24 horas estructurado con sus picos de demanda constantes. La energía mareomotriz está disponible en una ventana de cinco a seis horas, pero esa ventana avanza cincuenta y dos minutos por día. Al igual que ocurre con la energía eólica, este inconveniente se solucionará cuando se encuentre la manera económica y eficiente de almacenar grandes volúmenes de energía.

Otro inconveniente, que también lo comparten la energía solar y la eólica, es que los mejores lugares para instalar los generadores suelen ser regiones poco habitadas, lo cual es lógico dado las difíciles condiciones de vida en esos parajes.

¿Entonces, cómo resolvieron los británicos el problema?: utilizando una turbina sumergida en el agua, equivalente a un molino de viento pero que es movido por las corrientes generadas por las mareas. El aparato ubicado cerca de las costas de Irlanda del Norte genera 150 kilovatios y ya está conectado a la red eléctrica de Gran Bretaña. Cuando el proyecto esté completamente finalizado, generará 1200 kilovatios, suficiente para alimentar a 1000 hogares.

Otro proyecto en ejecución consiste en una granja de turbinas sumergidas hasta obtener 350 megavatios de energía eléctrica conectada a la red nacional. Los estudios indican que los costos de la energía mareomotriz son superiores a los de la energía eólica, pero los británicos se entusiasman con la idea de ser los líderes mundiales en este tipo de energía renovable. Saben que los daneses lideran en eólica y los alemanes y los españoles compiten “cabeza a cabeza” por la primacía en solar.

Los británicos pudieron evitar ser invadidos debidos a su condición insular y lo agreste de sus costas. Ahora vuelven a confiar en las aguas que los rodean para lograr la independencia energética.

1 comentario:

Anónimo dijo...

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